“Érase una vez una castañera que se llamaba María La
Castañera. Cada día corría para no llegar tarde a su puesto que tenía en la
calle, ya que cuando empezaba a anochecer el puesto tenía que estar abierto
para vender las ricas castañas asadas.
-¡Castañas! ¡Castañas ricas, bien asadas, calentitas y
sanas…! “
Así, ha comenzado esta actividad tan significativa del
otoño y que tanto nos gusta.
Hemos aprendido que las castañas son frutos que se
recogen de un árbol llamado castaño, de propiedades muy saludables y nutritivas, se pueden comer crudas, en
almíbar, hervidas y ¡cómo no, ¡ Asadas!
¡Cómo olían las castañas! que nuestro amigo castañero nos
ha preparado a cada uno de nosotros en un cartucho.
Ya, cuando vea un puesto de Castañas Asadas en mi barrio,
sabré de dónde proceden y cómo se preparan.
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